es un placer estar contigo
el día de hoy a través
de este medio.
Hoy quiero compartir contigo
una fórmula que, te lo garantizo,
generará energía para
poder hacer cambios positivos
en cualquier aspecto de tu
Óptica o Clínica.
¿Y para qué quiero energía Uriel? que el personal tenga
Bien, realmente cualquiercambio que planees hacer
dentro de tu organización
generará RESISTENCIA.
Ya sea, elaborar una lista
de precios completa
de una vez por todas (para
no estar calculando precios
con el Paciente enfrente) o
ya sea re-modelar o
implementar un Software
de gestión, no importa
la tarea, necesitas energía
para VENCER LA RESISTENCIA.
Con energía positiva,
los cambios se dan de forma
optimista y mucho mejor,
son más rápidos, más
efectivos y si algo inesperado
se presenta, se resuelve
más fácil cuando hay
ENERGÍA POSITIVA.
Bueno Uriel ¿y cómopodemos generar ENERGÍA?
Bien.
Un método que acostumbro
recomendar en los talleres
que impartimos en Ópticas
de Alto Desempeño es
LA ARROGANCIA.
Si, sé arrogante... sólo 20
segundos al día.
Permíteme explicarlo mejor.
Cuando estaba cursando
el último grado de la Vocacional
me tocaba la especialidad de
Laboratorista Clínico.
En ese entonces, nos tocó
por primera vez una Profesora
que daba clase de Hematología.
Si pasaste por la Vocacional 6 del IPN
quizá la recuerdes: Inés Ochoa.
Cabe mencionar que yo
nunca fui un alumno de
los que suelen salir en el
"Cuadro de Honor", mi
promedio era de 7 u 8.
Así que la Profesora Inés,
vino a significar algo
muy intenso en mi vida,
ya te digo porque.
Para ti que no tuviste el gusto,
te la describo a continuación.
Unos 1.50 mts de estatura,
quizá menos, rubia, ojos Azul-Verdes,
risos dorados, delgada, mirada
fija y penetrante, semblante
muy expresivo y voz aguda.
Cuando la profesora, cruzaba
la puerta, hasta el más
rebelde se "cuadraba" y
guardaba silencio atentamente.
En su época de estudiante
le toco la etapa en la que
había muchos Profesores
Militares y creo que
eso influyó mucho en su
estilo de enseñar.
Sin lugar a dudas, es una
Apasionada de la Hematología,
Inmunología y su
respectiva enseñanza.
Tenías que estar atento y
hasta yo cumplía con
las tareas porque cuidado
de aquel que no respondiera
correctamente, podía descargar
toda la intensidad que podía
guardar su menudo cuerpecillo
en una sola persona.
Recitaba, bueno, casi declamaba
el funcionamiento de los
eritrocitos, la diferencia entre
el plasma y el suero sanguíneo,
técnicas de extracción,
vacutainer, arterias, venas, etc.
A veces hablaba de otros temas
mientras miraba fijamente a
uno o a una de nosotros y
no sabías realmente
con qué iba a salir así que,
toooodos atentos.
Por alguna extraña razón,
le pareció que Uriel era
una persona en la que podía
apoyarse para hacer
algunas tareas como salir a
sacar copias, salir a callar
a los compañeros que estaban
afuera haciendo escándalo,
etc.
Cuando la clase terminaba y
ella salía, muchos se quejaban
de lo Prepotente que se
comportaba y a mi, por
alguna razón me iban
molestando cada vez más
las tareas que me pedía.
Así que un día...
Apenas finalizó la clase,
me acerqué a su escritorio.
Había algunos compañeros
revisando algo con ella y
estaban haciendo fila a lo
largo del pizarrón, otros
estaban ya saliendo del salón.
Le dije que quería hablar
con ella, pensando en
hablarle a solas pero, ella
insistió en hablarlo allí mismo,
quizá pensando en que
iba a agradecerle o reconocerle
alguna cosa.
Controlando lo más que podía
mis nervios, le dije que
-"no me gustaba que
me encargara tareas y que
ella era una prepotente"-.
Me miró fijamente y
me dijo enfurecida -¡Es usted un
grosero!¡Salga de mi vista
inmediatamente!- mientras
ponía la mano en su
corazón.
Yo no lo pensé dos veces,
creí que allí mismo le daría
un paro cardíaco así que giré y
me encaminé hacia
la puerta mientras percibía
la mirada atónita de mis
compañeros.
Una vez afuera, se corrió
el chisme de mi "hazaña"
rápidamente y algunos
compañeros hasta me
abrazaron admirados,
-"Eres mi ídolo"- escuché
de una de mis compañeras.
El sentimiento de orgullo,
resultado de mi
ARROGANCIA
me duró poco.
Había pasado una semana
cuando nuevamente nos
tocaba clase con la
Profesora Inés.
Como de costumbre,
entró en el ya callado
salón de clases.
Si yo acostumbraba
sentarme hasta los lugares
de atrás, ahora lo busqué
más que nunca y
había encontrado un lugar
detrás de un compañero
algo robusto que complicaba
mi ubicación a primera vista.
Pero esto no funcionó.
Inmediatamente al entrar,
la profesora Inés llamó
con su voz algo rígida y retadora:
-"¡Uriel! ¡¿Donde está Uriel?!
Yo, con la cabeza agachada,
al escuchar esto terminé
de golpearme la frente con
mi pupitre y en esa posición
levanté la mano. Lo único que
me faltó fue agitar un pañuelo
blanco en señal de Paz pero...
era demasiado tarde.
Levanté la cabeza -"Acá estoy"-
dije mientras la miraba.
(Continuará...)
No te pierdas el siguiente
artículo.
Te mando un gran abrazo,
Uriel Hernández Segundo
Sistemas Optox

